Planificando antes del matrimonio.

Planificando antes del matrimonio.

Por: Dr. Raúl Tarela/Colaborador y doctor Clinico-Pastoral

Como siempre menciono, lo más importante que debe existir en el matrimonio, es el amor. Sin embargo habitualmente hago mucho hincapié, en la necesidad de que en todo tiempo, haya una muy buena comunicación entre los dos componentes de la pareja. Esta práctica se debe iniciar en el mismo momento que se comienza a hablar de la boda.

Muchas son las diferentes temáticas que deben quedar bien clarificadas en los tiempos previos a la boda, lo que llevará a que en el momento propicio, exista una buena comunicación entre los dos integrantes de la pareja. Quizás alguno de estos puntos que veremos, no se les de la importancia que realmente merecen.

Algo de lo cual no siempre se hacen las debidas aclaraciones, es el tema de «de las ambiciones laborales». A primera vista, podría dar la sensación, que nos es algo importante sobre lo que conversar. Tengamos en cuenta, que «estas ambiciones laborales», seguramente tendrán una relación directa, con las metas y los sueños de cada uno de los futuros esposos. Ante esto no se puede obviar por ejemplo, las profesiones o las actividades que desarrollen o que vayan a desarrollar, pues de esto dependerá quizás, los horarios que se le podrán dedicar a la vida de la pareja. Incluso en base de esto, pudieran existir variadas localizaciones de la vivienda que habrán de necesitar, y en estas cosas es sustancial tener todo planificado, con el consentimiento del hombre y de la mujer.

Nunca se deberá dejar de lado, todo lo concerniente a la «economía familiar». Esto significa que se tendrán que clarificar, lo más aproximado que resulte factible, los manejos del dinero, de una forma acorde al pensamiento o a las costumbres, que cada futuro cónyuge aporte a la función matrimonial en este campo. No se debe ni se puede dejar de tener en cuenta, que se recomienda planificar los gastos, y por qué no, las posibilidades de lograr tener unos ahorros.

Muy cercano a estas opciones, no se puede no mencionar, el uso de las tarjetas de crédito o de débito que se pudieran poseer, ya que el uso inadecuado de «estos elementos plásticos», los cuales fueren utilizados de una forma incorrecta, puede llevar a la presencia de un tembladeral económico. Estoy mencionando, que se va a necesitar tener cuentas muy claras, las que deben ser conocidas por ambos por igual.

Y aunque se crea que aún no es el tiempo, no se puede olvidar cuales son las posiciones de la pareja, con referencia a «los hijos» como parte integrante directa de la familia que se está por constituir. De ser posible dejar en conocimiento uno del otro, la cantidad de niños que de ser posible, se desearían tener, y cuando fuera factible, dejar también conversado cual momento sería el mejor para que esto suceda. Y por supuesto, teniendo presente que ambos vienen de hogares con diferentes formaciones, ir determinando el tipo de formación y educación, que se les dará a los niños.

Una condición ineludible, para lo cual es definitorio tener bases firmes y seguras hasta donde se pueda, conversar con total libertad, sobre un punto importantísimo que hará a la salud natural de los cónyuges. Esta palabras nos están conduciendo, a la necesidad permanente de escucharse el uno al otro, para que esto sea asumido como una responsabilidad de hacer feliz a cada integrante de la pareja, y esto no es otra cosa que «las relaciones sexuales». Definitivamente el errar en esta área, muy habitualmente conlleva a la destrucción del matrimonio. Es muy importante dejar establecido, hasta donde sea factible hacerlo, el tipo de accionar que satisfaga a ambos, incluyendo la frecuencia que más se pueda desear.

Cada vez que he podido hablar del tema familia, no he dejado de mencionar, que la misma está compuesta solamente por dos personas, es decir un hombre y una mujer, unidos matrimonialmente. Casi inevitablemente, hacen su aparición en medio de estos dos seres, que bajo ningún concepto se los debe incluir como parte integrante del matrimonio, y esto es «los suegros». Una vez que el matrimonio se ha constituido como tal, todo lo que vaya más allá de los dos individuos iniciales, se lo debe conocer como parte de la familia ampliada. nos es extraño, que los padres de ambas partes hayan sido muy importantes, e incluso de mucha ayuda para llegar a una realización feliz del matrimonio. Por lo tanto lo que aquí estoy sugiriendo, es que si bien se debe tener un agradecimiento hacia ellos, a partir de la boda, se los debe amar y cuidar con total recelo, pero debe haber un desprendimiento de una relación constante y continua, y de la manera más amorosa posible, se les debe mostrar la necesidad de una separación en el accionar independiente del matrimonio.

Igualmente aunque esta recomendación parezca algo superficial, realmente no lo es, pues es un tema muy importante, del cual se debe conversar antes, para que no surjan malos entendidos después. ¿A qué me estoy refiriendo? Bueno, nada más y nada menos, de con quien se habrán de pasar «fechas especiales» (por ejemplo Navidad y Año Nuevo). Si esto se deja aunque sea medianamente establecido, seguramente habrá de evitar disgustos para cuando lleguen esos momentos.

En estos tiempos donde tanto el hombre como la mujer, más allá de las ocupaciones hogareñas, ambos cónyuges trabajan fuera de casa, se debe intentar buscar una distribución equilibrada de «las tareas domésticas». Para esto se debe ir teniendo en cuenta, por ejemplo, los horarios disponibles que puedan tener cada uno. Sería una tremenda injusticia, que se pretenda mantener que la carga de las tareas de la casa, recaigan solamente sobre la mujer, como ocurría antiguamente.

Para lograr también una vida familiar armoniosa, se debe tener muy en claro, diferentes actitudes y formas, que cada uno tenga para obtener una exitosa vida marital. Deberán observarse los «valores de importancia» que puedan regir para los dos, y no necesariamente estos presentarán pensamientos o costumbres por igual, esto podrá ser observado en la práctica de distintas religiones, pensamientos políticos o formas de entender lo moral, entre otras condiciones por el estilo.

Y se deberá ponerse de acuerdo, aceptando en que con el transcurrir del tiempo en la vida matrimonial, existirán «situaciones negociables y otras no negociables».

Hasta aquí, sugerencias de cosas sobre las que se tendrán que conversar profunda y sinceramente en el tiempo del noviazgo. Seguramente mi amigo lector, tú podrás agregar otros puntos, más allá de los que he mencionado en esta oportunidad. Lo que sí es vital, que en esta etapa previa a la boda, ambos contrayentes vayan haciéndose a la idea de la importancia de la comunicación matrimonial, sin ningún tipo de límite.

Dios guarde la vida y bendiga inmensamente a cada uno de ustedes y a sus seres queridos.

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